Descripción
Siempre es difícil enfrentarse a tus demonios.
Yo tengo tantos que podrías llenar un estadio.
Algunos gritan. Otros solo observan.
Algunos tienen mi cara. Otros, la de gente que ya no quiero recordar.
A veces los ignoro. O finjo que no están.
Pero basta con cerrar los ojos para que aparezcan todos. Uno al lado del otro.
Ordenados. En silencio. Esperando su turno.
Tantos, que asustarían a un buen psiquiatra.
Y yo los dibujo. No para expulsarlos.
Solo para saber cuántos siguen vivos.